República bolivariana de Venezuela
Ministerio del poder popular para la
defensa
Aviación militar bolivariana
U.E.A.M. “Libertador”
Factores que
Afectan la Germinación
Profesora:
Integrantes: 3C
María José
Pacheco Isbeth Henriquez
Freddy Planchez
Tierra: los mejores suelos son los
arcillosos, pero también se da bien en suelos arenosos, y en general en
cualquiera en que salgan malas hierbas, y en particular las ortigas. En maceta
la una mezcla ideal es la compuesta por una parte de tierra (sustrato, turba),
otra parte de aireadores (sustrato de coco, perlita) y una tercera de abonos
(humus, guano). Hoy en día no merece la pena complicarse la vida preparando una
buena tierra, marcas como Plagron, Biobizz o Canna ya lo hacen por nosotros y a
muy buen precio desde 10 euros los 50 litros. Hay otros tipos de cultivo, que
se dan sobre todo en interior, y que son coco, hidroponia, aeroponia o el NFT (Técnica
de Película Nutriente), en ninguno de ellos se cultiva con tierra y los veremos
más detenidamente en los tutoriales de interior. Que no os haga perder el sueño
el PH de la tierra porque el importante es el que lleva el agua de riego, ya
que será este, con los continuos riegos, el que determine cuál será el valor
final de la tierra.
Aire : en el cultivo exterior no debemos
tener ningún cuidado especial con él, pero es bueno saber cómo lo utiliza la
planta, para comprender mejor su cultivo. La segunda parte de la fotosíntesis
tiene lugar en los estomas, diminutos agujeritos en las hojas, que reciben el
CO2 atmosférico para producir hidratos de carbono y oxigeno e indirectamente el
resto de las moléculas orgánicas que componen los seres vivos (aminoácidos). Debido a esto, los vegetales superiores son, junto a los otros
organismos fotosintéticos, los productores primarios en la biosfera. Las hojas
realizan el intercambio de gases (fotosíntesis y respiración) a través de sus
estomas aeríferas, por los que además transpiran el vapor de agua
(evapotranspiración). A través de los estomas de las hojas, la planta toma el
dióxido de carbono, (CO2), de la atmósfera, y expulsa el Oxigeno (O2)
procedente de la fotólisis del H2O, proceso incluido en la fotosíntesis. Este
oxígeno es fundamental para la vida en nuestro planeta.
Luz Solar : el cannabis es una planta que
necesita mucha luz y de gran intensidad, es decir, sol directo, indispensable
para realizar correctamente la fotosíntesis, proceso mediante el cual las
plantas captan y utilizan la energía de la luz para transformar la materia
inorgánica de su medio externo en materia orgánica que utilizarán para su
crecimiento y desarrollo. La fotosíntesis se divide en dos fases. En la primera
ocurre en los pinacoides, en donde se capta la energía de la luz y esta es
almacenada en dos moléculas orgánicas sencillas (ATP y NADPH). La segunda la
veremos en el apartado AIRE. La luz puede ser solar o artificial, aunque no
cualquier bombilla sirve, las mejores son las lámparas de Alta Presión de Sodio(HPS),
para la floración (luz roja) y las de Halogenuros Metálicos(MH), para el
crecimiento (luz azul). El exceso de sol, incluso en agosto, nunca es malo para
las hojas, ramas o cogollos, lo malo es que ese exceso de sol le afecte a la raíces
subiendo la temperatura del tiesto y por tanto la de estas mismas, con el
consiguiente riesgo de deshidratación y quemaduras. El mínimo diario de horas
de sol directo que necesita la planta para un correcto crecimiento y una buena
y rápida floración es de 6. Si tuviéramos menos horas la planta tendrá una
separación intermodal mayor durante el crecimiento, así en el periodo de
floración los cogollos se terminarán de hacer más tarde, muy espaciados y poco
prensados.
Calor: La temperatura que tiene la tierra
o suelo de cultivo de nuestra huerta o jardín está regulada por las
temperaturas que se registren durante los inviernos. Cuando se ha pasado un
invierno duro y frío con un aumento de temperaturas que rondan los 0 ºC, la
tierra va a requerir más tiempo para que la tierra vuelva a adquirir valores
más altos y tenga el calor suficiente para germinar semillas. Por otro lado, si
hemos tenido un invierno con pocas heladas y temperaturas más moderadas, la
tierra conservará una temperatura más alta y será más fácil la germinación y la
producción de plantas en general. Es por esto que no sólo debemos tener en
cuenta la temperatura del ambiente, sino también medir la temperatura del suelo.
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