Aury Gutierrez y Franyerlin Villegas

 Herbicidas y Controladores de plagas

 Los controladores de plagas

Existen varias formas de controlar las plagas y las enfermedades en las plantas. Los dos métodos de control más importantes y de uso más común son el método biológico y el método químico, con grandes diferencias entre sí. Este artículo explica el fondo y los principios detrás de cada método y las diferencias que existen entre ambos.

Control químico:

Los pesticidas químicos suelen utilizarse para controlar enfermedades, plagas o malezas. El control químico se basa en sustancias tóxicas (venenosas) para la plaga en cuestión. Cuando se aplican pesticidas químicos para proteger las plantas de plagas, enfermedades o el crecimiento excesivo de malas hierbas, se habla de productos fito sanitarios. Por supuesto, es importante que la planta que requiere de protección no sufra por los efectos tóxicos del producto utilizado. Los esfuerzos por proteger los cultivo comenzaron hace siglos. Alrededor del año 1.200 A.C., Los chinos utilizaban cal y ceniza para destruir los parásitos. Los romanos, por su parte, usaban azufre y betún, una sustancia derivada del petróleo crudo. Sustancias como la nicotina del tabaco se utilizaron desde el siglo XVI y más tarde. también el cobre, el plomo y el mercurio. Después de la Segunda Guerra Mundial, comenzó el uso de pesticidas químicos y, hoy en día, hay cientos de ellos disponibles para uso en la agricultura y también en la horticultura.

Los pesticidas se agrupan en cinco categorías principales, según el fin para el que normalmente se aplican. El primer grupo son los fungicidas, utilizadas para combatir los hongos. Luego están las herbicidas, que se utilizan contra las malezas. Los herbicidas son absorbidos por las hojas o las raíces de la hierba, y la destruyen. Otro grupo son los insecticidas que, como su nombre lo indica, destruyen los insectos dañinos. Y los acaricidas, que protegen las plantas  de los ácaros. Por último, están los nematicidas, que sirven para controlar los nematodos que atacan a las plantas 

Control Biológico:

El control biológico consta de tres fase:

1. Insectos
2. Microbiano
3. Bioquímico

Explicaremos breve mente los tres. Que quedan en los cultivos, los restos pueden consumirse a través de las frutas o los vegetales, y por esta razón no pueden rociarse los cultivos en el periodo previa a la cosecha. Por otra parte, los residuos también pueden ir a para al suelo o a las aguas subterráneas y el agua contaminada podría ser utilizada para el riesgo de cultivos o bebida por los animales. En resumen, hay varias maneras de reducir al mínimo los efectos ambientales negativos de los pesticidas: usar pesticidas selectivos (que dañan significativamente los organismo benéficos), elegir un pesticida rápidamente degradable o tener cuidado al rociar los cultivos para que no pasen a otra planta.

Control biológico con depredadores o parásitos (insectos)

En China, en el siglo cuarto A.C., Se usaban las hormigas como enemigo natural de las plagas de insectos y, hoy en día, se siguen utilizando en el sur de China para el control de plagas en huertos y tiendas de alimentos. La utilidad de los parásitos se descubrió mucho más tarde. La mayoría de los parásitos son insectos, como las avipas parasitarias que viven en un organismo huésped durante la fase de incubación, larva y crisálida. El complejo ciclo de vida de estos insectos fue descrito por primera vez a principios del siglo XVII por Antonie Van Leeuwenhoek. Sin embargo, puede ser que su uso potencial en el control de las plagas se hubiese descubierto muchos años antes. En 1,800, Erasmus Darwin, el padre de Charles Darwin, escribió un ensayo sobre el papel útil que los parásito y los depredadores pueden desempeñar en la lucha contra las plagas y las enfermedades. El control biológico asume que los depredadores a los parásitos naturales son capaces de destruir las plagas. En un principio, por lo tanto, se importaron enemigos naturales para combatir las plagas. Estos depredadores se dejaban en libertad en pequeñas cantidades y, una vez establecidos, demostraron su eficacia a largo plazo. Este método también se conoce con el nombre de inoculación. Cuando el depredador natural es introducido periódicamente, se denomina inundación. Hay dos grupos de organismos macrobianos benéficos: depredadores y parásitos. Los parásitos son organismos que viven a expensas de otro organismo, como las larvas de las avispas parásitas, que viven en la larva de la mosca blanca y se la comen desde el interior. Los depredadores son organismos que solo se alimentan de otros organismos, como las mariquitas que se comen el pulgón.

Control biológico con microorganismos (microbiano)

Muchos microorganismos benéficos también pueden utilizarse para mejorar la salud de las plantas y controlar plagas y enfermedades. Las bacterias, los hongos y otros microorganismos pueden tener estos efectos ya que compiten por los nutrientes o por el espacio, producen antibióticos o simplemente porque se comen otros microorganismos dañino. Los microbios también pueden usarse con fines preventivos ya que pueden hacer que las plantas sean más sanas y fuertes. Cuando esto pasa, las plantas no son atacadas por plagas o enfermedades, se ven afectadas en un menor grado. este tipo de control de plagas no es visible, algunos ejemplos de los microbios más utilizados son Trichoderma y Bacilus subtilis.

Control biológico con recursos de origen natural y feromonas (sustancias bioquímicas)

Además de insectos y microorganismos, también hay recursos de origen natural y feromonas que pueden emplearse para controlar las plagas y las enfermedades. esta categoría es muy amplia e incluye extractos de plantas, vitaminas y hormonas vegetales. Además, estos recursos actúan preventivamente haciendo las planta más sanas y fuertes. La feromonas se utilizan para atraer las plagas (insectos) a una trampa. Las feromonas sexuales y las feromonas de agregación son los tipos de más común uso.

¿Qué es un herbicida?

Un herbicida es un producto químico que puede encontrarse en formato líquido o granulado. Su misión es eliminar las plantas indeseadas también conocidas como malas hierbas, que impiden el correcto desarrollo de las plantas al competir por elementos nutritivos,agua y espacio. Las malas hierbas tienen como característica que son de muy fácil dispersión. El arrastre del viento, del agua o incluso de las aves harán que estas hierbas se extiendan por todo nuestro césped. Además, se trata de una hierba de alta resistencia, y es más difícil exterminarlas que a la mayoría de las plantas. Para ésto, sirve el herbicida, que al ser un producto químico se debe de prestar especial atención a las indicaciones de aplicación del fabricante y tomar todas las precauciones y medida preventivas a la hora de usarlo y almacenarlo (mateniéndolo siempre fuera del alcance de los niños)

¿Como aplicar un herbicida?

1. Elige un buen día. Evita días de viento ya que si se hace viento el herbicida se esparcirá por todo tu jardín, pudiendo afectar a plantas que no deseas eliminar. Los días de lluvia tampoco son indicados, puesto que el herbicida se lavaría de las hojas, eliminando su efecto.

2. Aplica la dosis necesaria. En el envase saldrá indicada la dosis a aplicar por cada litro de agua y para cuántos metros cuadrados. Para ellos, necesitas saber cuál es la cantidad de herbicida necesaria para tu jardín. No te excedas con la dosis, ya que por aplicar más la planta no morirá antes.

3. Respeta los plazos. Las malas hierbas tras el tratamiento tardan unos días en marchitarse. Verás que poco a poco se van amarilleando hasta acabar muriendo. No repitas la aplicación hasta pasada una semana a menos que haya llovido porque, aunque sea lento, el proceso es efectivo. Es conveniente repetir la aplicación para eliminar las malas hierbas que no hayan recibido herbicida o hayan germinado en los días posteriores.

4. Usa varios pulverizadores en tus tratamientos. Los herbicidas suelen llevar en su composición mojantes para que, al aplicarlo, se queden adheridos a las hojas y no se escurran de estas a los pocos segundos. Si no has lavado el pulverizador, o te ha quedado un poco de mezcla, puede que cuando vayas a hacer un tratamiento fungicida o insecticida empleando el mismo pulverizador queden restos, por lo que podrías aplicar herbicida a tus plantas ornamentales. Emplea pulverizadores distintos para tratamientos fitosanitarios y aplicaciones de herbicidas. Una forma clara de distinguir para qué sirve cada mochila pulverizadora es escribir, con rotulador permanente qué tipo de mezcla se hace en cada mochila, ya sea fitosanitario o herbicida.

5. Dirige la aplicación  de herbicida. Si las malas hierbas se encuentran entre varias plantas que no deseas tratar, ayúdate con una campana. Se trata de una pieza cónica que se pone en la putan de la lanza y ayuda a dirigir la pulverización a los puntos que deseamos tratar. 

6. Elige el herbicida indicado. Existen diversos tipos de herbicidas dependiendo del tipo de mala hierba que quieras tratar o dónde lo vayas a aplicar. Por ejemplo, existe uno específico para el césped en el que solo se verán afectadas las hierbas de hoja ancha. Existe otro tipo de herbicida que afecta a las malas hierbas recién salidas, que es cuando tienen 2 y 3 hojas, y permanece en la tierra algunos meses impidiendo que germinen las semillas.

¿Qué herbicidas existen?

¿Qué herbicidas existen según la acción sobre las plantas que combaten?

• Herbicida selectivo: Suele ser de lo más empleados para zonas ajardinadas o con césped, pues actúa contra los diferentes tipos de hierba de hoja ancha, dicotiledóneas de carácter anual o perennes, que nacen entre el césped. Este tipo de herbicidas suele aplicarse en situación de post-emergencia y debes tener en cuenta que la grama fina y gruesa puede verse afectada por algún herbicida concreto. Por ello, presta atención a las indicaciones del fabricante.

• Herbicida total: Se aplica para erradicar toda la hierba por completo. Suele emplearse para la limpieza de terrenos, como por ejemplo cuando instalas césped artificial sobre tierra para evitar el nacimiento de hierba natural.

¿Qué herbicidas existen según el momento de aplicación?

• Herbicidas pre-emergencia: Son muy eficientes ya que se utilizan antes de la aparición de diferentes tipos de hierba. Suelen emplearse mucho en zonas de cultivo, aplicándolos entre la siembra y antes del nacimiento de los primeros brotes. Por lo general tienen una fuerte adherencia al suelo, pero debes tener en cuenta la humedad y la época del año que su eficacia sea mayor.

• Herbicidas post-emergencia: Pueden aplicarse cuando las malas hierbas ya están presentes en el terreno. Se recomienda utilizarlos con los primeros brotes para así garantizar su efectividad y no tener que repetir el proceso en caso de no obtener resultados óptimos 

¿Qué herbicidas existen según su movilidad dentro de la planta?

• Herbicida sistémico: Es absorbido por la raíz y distribuido por toda la planta a través del floema. De este modo, llega a todas las hojas y a sus extremos asegurando su erradicación

• Herbicida de contacto: Solo afecta a aquella parte de la planta en la que ha sido depositado o ha caído el producto. Es decir, no afecta a la raíz

¿Qué herbicidas existen según el tipo de persistencia?

• Herbicida de efecto residual: Permanece durante largos periodos en el terreno, de modo que crea una película para evitar que las semillas germinen. Suelen aplicarse en terrenos desnudos y con un par de veces al año es suficiente para mantenerlos libres de hierbas

• Herbicida de efecto no residual: Permanece durante un periodo de tiempo corto en el terreno y en la planta, pero después desaparece. Suelen emplearse diferentes tipos en función del cultivo en el que no desean malas hierbas.

De entre todo los herbicidas que hay, algunos se presentan en espray, lo que facilita su almacenaje y su aplicación en cualquier momento sin necesidad de disolverlos en agua. Para obtener el resultado esperado, aprende cómo aplicar un herbicida. Si además quieres tener una plantación vigorosa, descubre cómo abonar según la estacionalidad.